1.- Partido brillante. Partidazo. Elevada riqueza táctica por ambos entrenadores e interpretaciones individuales magníficas. Mejor Italia en lo colectivo y España en lo individual. Empate que desemboca en un grupo más complejo de lo que aparentaba y le da valor a lo que es una Eurocopa: un campo de minas y no ese jardín que los locutores patrios ya daban como conquistado.
2.- Hace una semana sentenciaron a Italia por caer en un amistoso ante Rusia. La realidad es que Rusia es poderosa e Italia también. Italia venció a España hace un año (2-1) y Prandelli sabe lo que se trae entre manos, pese al desprecio de los mismos que ahora maldicen la sequedad del césped pero se burlan cuando quien lo padece es el Barça.
3.- Solo desde semejante inanidad intelectual puede comprenderse el desprecio apriorístico hacia Italia, que a la hora de la verdad no ha sido superada por España desde hace casi cien años en partido oficial. Algo semejante ocurre con la decisión del seleccionador español de formar con un falso 9, decisión interesante visto el movimiento de Prandelli de jugar con tres centrales (Bonucci, De Rossi y Chiellini). Frente a semejante decisión italiana, muy interesante no pretender fijar centrales.
4.- Como siempre, una cosa es la idea y otra su ejecución. Probablemente, la ejecución habría sido más feliz si alguien hubiese ayudado a "estirar la lona", es decir, si hubiese empujado a los defensas rivales en amplitud y profundidad. Los dos intérpretes más habituados a ello son Villa y Pedro, quienes por razones diferentes no estaban sobre el césped.
5.- Esa función de "estirar la lona" conlleva otra virtud: la presión pegajosa muy arriba, factor ausente hoy en Gdansk, lo que ha permitido una tarde relativamente plácida para la defensa azzurra, a la que le ha bastado hacer lo que mejor sabe: juntarse y cerrar espacios. En eso son maestros y De Rossi ha dado un recital posicional, del mismo modo que Chiellini lo ha protagonizado en agresividad.
6.- Con pocas dificultades italianas para respirar, el campo se ha inclinado contra España, que recuperaba lejos de Buffon, casi siempre sobre la zona central del terreno. Demasiado lejos para llegar con peligro. Lo ha visto claro De Rossi, dando pasos adelante, y aún más el soberbio Pirlo, al mando del compás, buscando a sus dos puntas siempre caídos a banda para tirar diagonales.
7.- En ese primer tramo duro, a España la han salvado las manos prodigiosas de Casillas, el acierto posicional de Piqué y el esfuerzo algo desatado y poco coordinado de todos sus colegas, conscientes que tocaba un primer tiempo de supervivencia más que de dominio.
8.- Las transiciones han vuelto a ser una pesadilla para España. La ataque-defensa porque casi siempre pillaban al equipo con el pie cambiado. La línea Silva-Cesc-Iniesta, carente de la presión de un Villa o un Pedro, era superada mediante un simple pase y a partir de ahí sufría toda la zona trasera. En la transición defensa-ataque, la ya conocida dislexia en el mediocentro, con la duplicidad Alonso-Busquets, no ayudaba a la fluidez.
9.- Pese al gol en contra de Di Natale, fruto de esa poca presión avanzada, lo que deja siempre desnudos a Busquets o Alonso, la selección ha salido al segundo tiempo mucho mejor colocada. Es decir, más arriba. Todos dando algunos pasos hacia delante, incurriendo en cierto riesgo como se ha comprobado en las contras italianas.
10.- Ese paso adelante, desde antes de encajar el gol, ha juntado líneas y facilitado la asociación de jugadores excepcionales, a los que no siempre se les da en la selección las condiciones idóneas para destapar sus cualidades. Más que en tal o cual individualidad, el reto del seleccionador consistirá en construir esas condiciones para que futbolistas tan talentosos como hay puedan expandir sus virtudes.
11.- El gol de Cesc ha llegado en movimiento de manual del juego de posición, un modelo de juego poco comprendido en España pese a tantos éxitos. La selección no ha cumplido hoy todos sus preceptos, ni mucho menos, pero el empate sí ha llegado desde la ortodoxia: tener el balón, conducirlo para atraer rivales, ceder al hombre libre, buscar al lejano y llegar en lugar de estar. De manual. Claro que hay que conocer el manual…
12.- Otra de las virtudes de Vicente del Bosque es la gestión de los tiempos y la entrada de Jesús Navas ha sido providencial porque ha dado ese aire que necesitaba un equipo que ya había conseguido empatar desde la ortodoxia. Navas no ha aportado presión contra los defensas, pero si amplitud. Su gran aportación no consistía en centrar balones, sino en abrir el campo y estirar a los italianos.
13.- A partir de ese movimiento, Jordi Alba se ha podido asentar en el extremo izquierdo al retroceder un discretísimo Arbeloa junto a sus centrales. E Iniesta se ha ido hacia dentro para encontrarse con Xavi, hábitat confortable para que ambos interpretaran la mejor de sus sinfonías: conduciendo Iniesta, gestionando Xavi.
14.- Los focos mediáticos se han ido a por Fernando Torres, espléndido en los movimientos, desastroso en las ejecuciones. Pero la clave eran Navas y Alba abiertos, Iniesta y Xavi cerrados. Ahí ha sido una riada, un caudal de juego brillante e incisivo, el mejor rostro de la selección en mucho tiempo y frente a un rival con aire de llegar lejos si no comete torpezas.
15.- Partido excelente de una Eurocopa aparentemente mucho más complicada que la de hace cuatro años, incluso más rugosa y competida que el propio Mundial de Sudáfrica. Torneo duro, difícil, áspero y que habrá que gestionar con la finura que acostumbra Del Bosque, de quien cabe esperar que sepa leer los buenos momentos colectivos de hoy, alguna actuación individual discreta, la virtud de "estirar la lona" y la necesidad de construir un contexto favorable para sus mejores futbolistas.
y 16.- E Iniesta, el Messi de las sombras.
- España-Italia (Eurocopa, Grupo C) 10-Junio-2012. Arena Gdansk. 1-1 (Di Natale, Cesc)
http://www.martiperarnau.com/2012/06/14004/
Los estilos de juego son como los idiomas: variados, distintos, ricos y complejos. Los intérpretes de cada estilo futbolístico son como los hablantes de un idioma, vocalistas de un lenguaje singular, nacidos todos de troncos comunes que fueron derivando en especializaciones sucesivas. Nadie como un nativo para hablar su idioma, con lo que no puede extrañar que los italianos se sientan cómodos defendiendo juntos y encerrados, ni los ingleses corriendo arriba y abajo o nosotros interpretando el juego de posición. Ni tampoco debe sorprender que hablar un estilo opuesto al idioma "materno" se convierta en una acumulación de problemas y torpezas hasta que se alcanza la adaptación óptima.
Como en la vida real, hay idiomas futbolísticos para cada identidad y así, el francés suena dulce para el amor, el italiano para la lírica, el inglés para los negocios y el alemán para la instrucción. Lo que tiene poco sentido, sea dicho como un simple ejemplo, es organizar un catenaccio con sólo tres defensas o jugar al contragolpe con futbolistas lentos e imprecisos. En esta línea, deseo anotar la dificultad de practicar el juego de posición con dos mediocentros, al hilo de los que emplea Vicente del Bosque en la selección. El juego de posición, en efecto, contiene algunos principios que no pueden contravenirse a expensas de quebrar su desarrollo fluido, uno de los cuales es colocar a los jugadores a diferentes alturas para facilitar la creación de líneas de pase. Busquets y Alonso, siendo perfiles muy diferentes (Busquets se aleja del compañero, Alonso se acerca a él), se alinean a alturas similares, lo que reduce y entorpece la generación del juego interior. Inteligentes y hábiles como son, ambos corrigen sobre la marcha esa disfunción y tratan de superarla a través de movimientos que no les son naturales: Xabi Alonso, abriéndose hacia una banda, con lo que pierde la amplitud de horizonte que hace de él un auténtico Quarterback del fútbol; y Sergio Busquets, echándose hacia atrás para buscar esa diferencia de altura entre ambos. El resultado final es una cierta dislexia en el juego de posición, defecto que desemboca en los pies de Xavi en forma de balones sucios, un pecado mortal en este estilo de juego que exige que el balón salga limpio desde atrás y se generen superioridades detrás de cada línea de presión.
Esta dislexia futbolística, ya anotada en el brillante Mundial conquistado, es un problema a señalar, pero no una enfermedad de la selección, donde Del Bosque se ha erigido con razón en líder incuestionable, por más que ahora se le critique por causas alejadas a su desempeño. Incluso con este problema a cuestas, la selección posee el idioma más fructífero del fútbol mundial a día de hoy.
http://www.martiperarnau.com/2011/11/dislexia-en-el-mediocentro/
1.- La alineaciones iniciales dejaban claro que se iban a enfrentar dos estilos opuestos. Por un lado, la apuesta croata de tener el balón y crecer en torno a él, siempre que encuentre su ritmo adecuado, que tiene que ser lento, buscando la pausa. Enfrente el vigor irlandés, que busca un partido de alto voltaje, sin freno, vertical y directo, aprovechando las bandas y trasladando la pelota al área contraria lo más rápido posible.
2.- Comienza el partido bajo la lluvia en Poznan; con el césped rápido el partido es intenso, cada balón se disputa al límite y se cometen muchas imprecisiones. Pese al tempranero gol de cabeza del croata Mandzukic en el minuto 4, en una jugada aislada, las constantes del juego han teñido el encuentro de verde irlandés. En ese contexto, Irlanda se mueve como pez en el agua y es la mejor forma que tiene de poder competir en el torneo.
3.- Mientras el encuentro no ha bajado de revoluciones, era imposible que Croacia plasmase la diferencia técnica a su favor ante Irlanda. Con esas constantes no ha tardado en llegar el empate en una jugada de la Irlanda de toda la vida. Una falta lateral lanzada de maravilla por el extremo McGeady la ha rematado el central St. Ledger de cabeza, ganando la espalda en el segundo palo a Corluka.
4.- El medio campo en su zona central se presentaba como un duelo de parejas. Por un lado, Vukojevic-Modric; por el otro, Andrews-Whelan. Vukojevic es un mediocentro posicional, de ofrecerse y tocar fácil. Modric rinde más cerca del área contraria pero tanto en el Tottenham como en la selección juega más retrasado. El empuje irlandés ha facilitado el trabajo de contención y empuje de Andrews y Whelan en la primera media hora. Irlanda ha tenido el partido donde más le interesaba pero no ha podido mantener la intensidad ni conseguido que aparezcan los suficiente sus extremos, McGeady y Duff, casi inadvertidos.
5.- Uno de los fuertes del juego de Irlanda son sus extremos. Hoy casi no se les ha visto. McGeady es diestro pero Trappattoni prefiere que juegue en la banda izquierda. Tenía delante a Srna, que es un buen lateral, y no ha podido desequilibrar nunca. En otra época, el veterano Duff podría haber destrozado a un lateral como Strinic, pero parece que los mejores días del pelirrojo ya pasaron y, al menos en el partido de hoy, no ha tenido ningún peso en el juego.
6.- Que Irlanda bajase el ritmo y su presión ha sido directamente proporcional al crecimiento de Croacia en el partido. Modric ha empezado a recibir más el balón en el último tramo de la primera parte y con él han comenzado a funcionar los satélites, Rakitic y Perisic. En la apuesta ofensiva de Slaven Bilic es fundamental tener el balón. De ese modo, Jelavic ha podido fijar a los lentos centrales irlandeses, Dunne y St. Ledger, generando espacios para los satélites de la segunda línea. También se beneficia de ello Mandzukic, que llega libre de marca al remate en muchas jugadas y puede explotar su mejor arma, el remate de cabeza.
7.- Cumpliendo el tópico de los goles psicológicos, Croacia ha vuelto a golpear al final del primer tiempo y al principio del segundo, firmando el segundo y el tercer tanto. En ese momento ha echado el candado al partido. Irlanda no tiene un Plan B, que le permita innovar para remontar un resultado así ante una selección tan superior técnicamente. Trappattoni ha movido sus piezas, pero sin variar nada tácticamente, porque tampoco tiene jugadores para poderlo hacer.
y 8.- La segunda parte ha seguido el mismo guión. Bilic ha reafirmado su idea con la entrada del centrocampista Nico Kranjcar en sustitución de Jelavic. Un satélite más para tener el balón y evitar cualquier ataque frontal de Irlanda. Aún así, han cometido errores que le podían haber complicado el partido. Si los repiten ante un rival más certero en los últimos metros, lo pueden pagar. Croacia ha mostrado detalles interesantes pero plantea una duda: si será capaz de imponer el juego que necesita ante un rival que le juegue con armas parecidas. La Italia actual y España también necesitan el balón para imponer su estilo.
- República de Irlanda-Croacia (Eurocopa, Grupo C). 10-junio-2012. Stadion Miejski. 1-3 (Mandzukic, St. Ledger, Jelavic, Mandzukic)
- Foto: PA Photos
http://www.martiperarnau.com/2012/06/con-pausa-se-activan-los-mecanismos/
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