Hace unos días me llamaron raro porque escribí que admiraba el trabajo de los pilotos y de los controladores, por decir que, cuando viajo en Iberia, me siento como en mi casa y supongo que volverán a decirlo si escribo que entiendo a Del Bosque y que me gusta lo que hace. Pues bien, entiendo a Del Bosque y me gusta lo que hace. Tengo una ventaja. Puedo opinar libremente y no me veo en la obligación de insultarlo para que me consideren mejor en algunos despachos. Tampoco necesito adularlo. No le gusta.
Criticar a Del Bosque es lícito, legítimo y natural. Forma parte del periodismo y del fútbol. Lo que no me parece ni lícito, ni legítimo ni mucho menos natural es el afán de destruir todo lo que Vicente y su grupo hacen cada día. La critica persistente y unidireccional termina por cansar, por aburrir, pos hastiar. A mí me hastían.
España se ha clasificado primera de grupo por delante de dos selecciones potentes, Italia y Croacia. Es el equipo más goleador y el menos goleado. Se ha metido en cuartos con un partido duro y viscoso ante Croacia, un tiempo muy superior a Italia y un barrido espectacular ante la Irlanda de Trapattoni. ¿Es exigible que ganen por goleadas y que hagan espectáculo a diario? Creo que no.
La Selección ha preparado este campeonato del mismo modo que planificó Sudáfrica 2010 y los resultados vienen saliendo mejor y ante equipos más potentes. Tenemos una manera de jugar, un concepto del fútbol y del juego, que no debe modificar por la impaciencia de aquellos que pierden la calma cuando el marcador va sin estrenarse. Del Bosque sabe lo que tiene, conoce todos los recursos de los que puede echar mano en materia humana, técnica y táctica e incluso psicológica. Podemos ganar o perder, también influye ese porcentaje pequeño y decisivo de fortuna, la suerte del campeón, pero nadie podrá culpar de negligencia o falta de previsión y metodología.
Comprendo y respeto que se critique, que se censure y que se discrepe. Lo que no entiendo es la fobia. La considero una patología terminal. Y esta enfermedad se adueña de algunas personas con una frecuencia que hace muchos años que yo no recordaba. Si alguien quiere volver a 1996 y envenenar de juego sucio el entorno de la Selección, que sepa que va a fracasar. Seremos campeones o no pero La Roja es sagrada. Aunque lo diga un tipo tan raro que admira a los controladores, a los pilotos, se siente como en casa cuando vuela con Iberia y entiende a Del Bosque y le gusta lo que el míster hace. Me lo dijeron hace unos días Carol Coster y Mario Pasternac mientras paseábamos por las calles de Gunter Grass. Tenían razón, como siempre. Ellos tienen la ventaja de que leen y escuchan exclusivamente a personas preparadas.
http://www.sportyou.es/blog/futbol/2012/06/21/del-bosque-y-la-critica-416743.html
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