PRÒLOGO DE EUGENIO MARTINEZ BRAVO (http://es.linkedin.com/in/eugeniomartinezbravo )
La frase del título que encabeza este libro que usted tiene ante sí lo dice todo. Un grupo de expertos intentarán desglosar en esta obra, de una forma sincera, honesta, independiente y profesional, una serie de ideas, criterios, recomendaciones y análisis del que a juicio de cada uno representan los elementos claves de la gestión deportiva y económica en el mundo del fútbol actual.
Se me concede el honor de escribir las primeras líneas, y de compartir con ustedes, con toda humildad, el modelo de gestión deportiva en el que yo creo hablando de aquello que me enseñaron desde que nací a querer y amar con pasión: el Real Madrid C.F.
Entrados ya en el siglo XXI, la industria del fútbol no es ajena a los enormes cambios sociales por los que pasa un mundo cada vez más global. Las mejores comunicaciones, infraestructuras y transportes, el fenómeno de internet y la televisión, eliminan cualquier tipo de fronteras e impulsan con mayor fuerza si cabe marcas que, como la del Real Madrid, se convierten en un transmisor infinito de emociones con una capacidad de generación de ingresos jamás soñada por quienes 109 años atrás fueron sus fundadores.
No en vano, y como primer concepto, hemos de empezar por diferenciar de forma clara dos grandes aspectos: el de gestión económica/empresarial por un lado, y el deportivo por otro.
Empezando por el primero el análisis no está tanto en la primera línea de la cuenta de resultados, que son los ingresos, sino más bien en las que continúan por debajo hasta la última línea que determina si una entidad cualquiera es en verdad eficiente y rentable, si gana dinero o si lo pierde. Y aquí es donde encontramos el primer gran mensaje: los clubes de fútbol requieren de estructuras y equipos de gestión 100% profesionales. Gente que no necesariamente ha de saber sobre fútbol dentro del plano de la gestión de los Clubes. Gente simplemente profesional. Auditores, abogados, expertos en recursos humanos, en marketing, en finanzas, en internacionalización....Profesionales de primer nivel integrados en una enorme organización que pasa por llamarse Real Madrid C.F., con un organigrama eficiente, moderno, productivo...que tengan como cometido conseguir un único objetivo: la eficiencia económica y la reinversión constante de sus beneficios en la mejora permanente del patrimonio del Club.
El objetivo no es sacar el máximo beneficio. Han leído bien. El objetivo es ser eficiente, ser capaces de optimizar al máximo los recursos económicos generados, para que puedan ser revertidos en instalaciones y en no ya sólo identificar y fichar, sino sobretodo en mantener a miembros del cuerpo técnico y jugadores que triunfan con nuestra camiseta (y me refiero a todos, desde el más pequeño de los pre benjamines hasta el último componente de la plantilla del primer equipo). Y el principal problema nos lo encontramos, siguiendo con un símil deportivo, a mitad de la tabla, que son el pago de unos intereses de una deuda cada vez más abultada y peligrosa. Eficiencia supone criterio en el endeudamiento, nunca superar costes de mercado, tener fondos de maniobra positivos y aplicar una palabra casi tabú en el mundo del fútbol español: transparencia. Soy partidario de que el Real Madrid no se convierta jamás en una sociedad anónima, pero que sin embargo si que pueda a llegar ser gestionada algún día como si así lo fuera. Estatutos modernos, vigilancia en la gestión, transparencia absoluta, etc.
Pero el "quid" de la cuestión es de fondo. Actualmente el club mantiene un modelo donde lo primero es el marketing y después lo deportivo. Donde se mantiene el convencimiento de que mediante la generación de recursos económicos - es decir, sólo con dinero - el éxito deportivo está garantizado. En mi opinión, es justo lo contrario. El Real Madrid debería tener como filosofía angular la cultura ya inventada e instaurada por el mejor gestor que el Club ha tenido en toda su historia, Don Santiago Bernabéu, el mayor "gestor de títulos" de todos los tiempos. El orden es simple y claro: primero va el criterio, los objetivos y el modelo deportivo, y después el marketing y el económico.
Al contrario de lo que decíamos antes, el éxito deportivo, los títulos, si garantizan el éxito económico, pero el éxito económico no garantiza la consecución de títulos. Los "dividendos" si existen en el Real Madrid. Pero no son económicos. Son deportivos. Los dividendos del Real Madrid son los títulos que gana, la ilusión y la alegría que generan, que se reparten y comparten entre todos sus propietarios: los socios y la afición. Es así como Don Santiago concibió el que ha sido reconocido como el mejor Club del siglo XX, como una gran industria de ocio, como un Club de todos, para el disfrute una de las familias más grandes del mundo: la blanca.
Igual de simple y sencillo es lo referente al segundo apartado, el deportivo. Ahí van algunos conceptos. Equipo no son 11 jugadores. Son toda la plantilla, la cantera, el cuerpo técnico, la directiva y la afición. Estilo. El Real Madrid ha de encontrar y definir un estilo de juego, un "estilo Real Madrid" para el siglo XXI. Un mismo estilo de juego desde benjamines hasta el primer equipo. De ataque siempre, ganador desde el principio hasta el final. Un cuerpo técnico de profesionales, preferentemente de la casa, que sepan lo que es esta camiseta, lo que supone y exige esta casa. Donde el entrenador tiene su parcela, esa en la que nadie más que él entra y decide, pero donde él, junto al Director General deportivo y al Presidente, participan conjuntamente en la incorporación de fichajes futuros y de aquellos jugadores que han de llevar la camiseta blanca.
Es un "equipo de decisión" que se habría de regir por una combinación de criterios de valoración a la hora de elegir los fichajes en función de características técnicas, talento, personalidad, liderazgo, lucha, esfuerzo, compañerismo, humildad, carácter....madridismo. Y todo ello bajo un criterio a seguir a la hora de tener que realizar un fichaje para cubrir un puesto determinado en base a un orden simple pero infalible: primero se busca ese jugador para ese puesto en tu casa, en una cantera cuyo fin no ha der el actual de ser utilizada como moneda de cambio, sino el tener como finalidad y destino para todo jugador criado en Valdebebas el llegar a jugar en el primer equipo; si en la cantera no se encontrase el jugador con las características necesarias, ir al segundo radio de acción: España. Saber si para ese puesto hay un jugador nacional, de nuestro país, pues no en vano España pasa por tener probablemente la mejor generación de futbolistas - presente y futura - de toda su historia. Y finalmente el jugador internacional, el que se trae de fuera, y en cuyo caso no ha de haber lugar a equívoco: ha de tener una calidad fuera de toda duda, una calidad diferencial, pues de lo contrario crearía frustración en los jugadores de la cantera y del resto de miembros del primer equipo. Pero eso sí, sabiendo identificar el talento antes y mejor que los demás. Es la esencia del fútbol.
Pero reitero. El éxito y la clave es no salirse del raíl, ser fiel a los mismos principios y valores - sí, valores - que nos han llevado a ser el mejor Club del mundo. Y todo encaminado a la que es mi ilusión, nuestra ilusión y objetivo, un objetivo compartido por todo madridista sin excepción, todos unidos en un mismo fin: repetir también en el siglo XXI como el mejor Club del mundo.
Aunque si bien es cierto que siempre hay que mira hacia delante, al futuro, no es menos cierto que mirar al pasado y aprender de los errores te da la experiencia necesaria para afrontar los retos de futuro con mayores opciones de éxito. Y sin embargo, bajo la Presidencia de Florentino Pérez no sólo nos hemos salido del raíl de lo que siempre ha sido y ha representado nuestro Club, sino que simboliza de forma nítida la teoría del péndulo. Ha pasado de un extremo a otro. Ha pasado del extremo de querer intervenir en la parcela deportiva hasta límites insospechados en la que fue su primera etapa - echando por ejemplo de forma triste y errónea a Vicente del Bosque con la celebración de los títulos ganados bajo su dirección deportiva aún calientes; a justo al extremo contrario en esta la que es su segunda etapa, en la que aún haciendo bien en no intervenir en la parcela deportiva cediendo - por fin - la autoridad al entrenador, parece haber cedido también el protagonismo e iniciativa en la opinión de la parcela que únicamente ha de corresponder al Presidente: la institucional. Y como todo efecto pendular, todo habrá sino de terminar en un término intermedio que es donde está la virtud. Ni a un extremo (su primera etapa/intervención suya en la parcela deportiva) ni a otro (el de ahora en su segunda etapa/ausencia institucional y cesión total de la iniciativa también en este campo al entrenador).
Ese punto intermedio es al que me he referido anteriormente: parcelas definidas para el entrenador en el vestuario y en el campo, para el presidente en las institucionales, y para el "equipo de decisión" formado por Presidente/entrenador/Director Deportivo en las decisiones que conciernen a incorporaciones y fichajes futuros.
Pudiera parecer que todo está inventando en el fútbol y en el Madrid, y no es así. Innovación. Esa palabra que sólo parece estar reservada a empresas de tecnología, o de sectores industriales, es otro de los que habrían de ser ejes vertebrales del Real Madrid. Y de nuevo aquí aparece la figura de Don Santiago. Fue el más innovador de su tiempo. Fue un visionario. Vio lo que nadie imaginaba. Soñó. Pensó en grande. Imaginó una industria de ocio. Y la construyó. Imaginó el mayor y mejor Club de fútbol jamás soñado. Y lo desarrolló. Imaginó un campo de fútbol de 100.000 personas. Y lo construyó. Imaginó una Copa de campeones de Europa, y no sólo la creó, sino que la ganó seis veces, cinco de ellas seguidas. Tradición y valores, si. Innovación, también. Una industria que como la del fútbol mueve miles y miles de millones no puede estar supeditada al error visual de un árbitro. En EE.UU. esto está superado desde hace tiempo. La tecnología se ha puesto al servicio del hombre. Allí también al servicio del deporte. En la NFL del fútbol norteamericano si existen dudas en una jugada el árbitro de campo pide revisión a los "árbitros de televisión", y mediante un sistema de micrófonos se le comunica en cuestión de segundos el devenir de una jugada determinada, si ha sido o no de falta, dónde, y de quién. No hay margen a la duda o al error, a la culpa o a la justificación de posibles errores arbitrales. Siempre gana el mejor. Así de simple.
Siempre que ocurre algún acontecimiento o debate entorno al Real Madrid pienso e imagino cómo actuaría Don Santiago. Innovaría. Lideraría una iniciativa de ayudar y colaborar con la UEFA en la búsqueda de un sistema de revisión de "cámara arbitral" que ratifique o modifique sobre la marcha del partido una decisión sobre la que el árbitro pudiera haber tenido dudas en directo. Y desde luego que defendería ante la UEFA, no ante la prensa, todo aquello que entendiese es justo para el Real Madrid.
No tengo ninguna duda. Las secuencias seguidas de títulos volverán teniendo fé en un modelo de largo plazo, sostenible en el tiempo, donde lo importante no sean las personas, sino unos cimientos y una estructura sólida, fuerte, inquebrantable. Los presidentes, jugadores, entrenadores, las personas en definitiva, pasamos. Todas las personas tenemos nuestro tiempo.
Pero el Club permanece "intempore". Y sólo si el timón se mantiene en la dirección y el rumbo marcado por los éxitos de nuestra historia, sin dudas ni vacilaciones, mantendremos la constancia en la consecución de títulos. Si, seguro que bajo el modelo actual también ganaremos títulos. Pero basta echar una mirada hacia atrás para analizar la ingente cantidad de dinero empleada y los títulos conseguidos para sacar conclusiones.
Tengo un enorme respeto por Florentino Pérez. Creo que es un magnífico empresario español, que ha creado empleo y riqueza sin que nadie lo pueda poner en cuestión. Lo que si es cierto es que con formas que gusten más o menos, que puedan o no ser discutibles, domina la estrategia empresarial porque tiene conocimiento de ese terreno, porque tiene dinero, inteligencia, influencia y experiencia. Pero se equivoca al aplicarlo al plano deportivo pues hay una clara diferencia: la pelota. Imprevisible ella! Y no comparto su modelo deportivo basado en el corto plazo, en el todo vale, en la renuncia a nuestro estilo de ser - salir a ganar atacando siempre -, al cambio permanente cada año y medio de entrenador, de sistema de juego.
En sus años como Presidente Florentino Pérez es quien más dinero ha gastado y menos porcentaje de títulos ha conseguido. Sólo en sus últimos cinco años como Presidente posiblemente haya superado los 500 millones de euros en fichajes- cantidad por cierto muy similar a la deuda actual del Club - con el resultado de un título, un sólo título conseguido: la Copa del Rey de esta temporada 2010/2011.
El Real Madrid es un Club que sabe ganar....y perder. Que da la mano como dice su himno. No busca excusas en la derrota. Por el contrario estas unen, hacen más fuertes, descubren el orgullo sano, al que es líder verdadero, y sacan la rabia necesaria que siendo positiva y bien encauzada llevará al equipo, a todo el colectivo, a saber aprender de la derrota y a plantearse pronto un nuevo futuro reto de victoria. Repito. El Madrid no puede, no debe buscar excusas. Sólo si se tiene la humildad necesaria en reconocer los errores propios se mejorará y se ganará. Y los hemos cometido.
Construyamos un Club en cuyo espejo se puedan mirar niños, jóvenes, adultos, deportistas, aficionados.... En la vida personal, en la empresa profesional, y en el deporte en general, sólo si se tiene autocrítica hay campo y espacio para la mejora. No perdamos la perspectiva. Hay personas, presidentes, entrenadores o jugadores que son grandes. Muy grandes. Tal vez los mejores del mundo. Pero nunca se debe olvidar que el Real Madrid lo es más, y que está por encima de cualquier interés u objetivo personal.
Creo en un Real Madrid que nunca se queja. Nunca. Siempre hemos tenido adversidades...rivales, aficiones contrarias, arbitrajes injustificables....pero lejos de quejarnos el Real Madrid se crecía. Y vencía. Y lo hacía con su ADN: corazón, pasión, ilusión, trabajo, perseverancia, superación, serenidad, humildad...siempre con actitud positiva. Y estos atributos son los que usted lector se encontrará en este libro. Disfrútelo.
* Quiero expresar mi deseo que todos aquellos beneficios económicos que me pudieran corresponder fruto de mi colaboración en este libro sean donados con fines sociales a la Fundación Real Madrid.
Eugenio Martinez Bravo, Madrid, España, 18 Mayo 2011
Presidente de Plataforma Blanca www.plataformablanca.com
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