PRÒLOGO DE GABRIEL MASFURROLL
"Tant si la bossa sóna com si no sóna, Barcelona és bona". Ésta es una frase que define muy bien lo que es nuestra ciudad. Hemos vivido etapas fulgurantes y otras tristes, pero Barcelona siempre ha estado ahí. Ésta, por mucho que digan quienes no nos conocen, es una ciudad abierta y acogedora, una de las más bellas del mundo y no solo lo digo yo que estoy enamorado de ella, sino también decenas de amigos míos de todas partes del mundo.
Se nos tacha de cerrados y puede parecerlo, pero solo es una actitud de observación y prevención. Por supuesto no nos gustan las frivolidades, somos austeros y poco dados a lucir nuestras "galas", aunque debo reconocer que a veces nos pasamos y celebramos menos de lo necesario nuestros triunfos y alegrías. El ejemplo más reciente, la última Champions ganada por el Barça. Desde luego, la victoria fue celebrada con enorme algarabía y tanto los que estuvimos en Londres como en la propia Barcelona, las ciudades fueron un "clam", pero pocos días después, tras las celebraciones y actos preceptivos, la Copa ya estaba en su vitrina del Museu Josep Lluis Nuñez, junto a las otras tres 'orejonas' como les llaman en Madrid, donde por cierto solo tienen tres. Ojo, que nadie se me enfade, un poco de picante siempre es bueno y más como prólogo de un libro que presumo tiene algo de búsqueda de polémica.
El Barça, mi Barça, nuestro Barça tiene mucho de cómo somos en esta tierra que es Catalunya (algunos la escriben con 'ñ', como cada uno lo prefiera) pero ya me gusta así. Somos gente de bien, emprendedora, acogedora y cuando alguien arraiga en nuestra tierra, se queda para siempre. No tratamos de ser humildes, pero somos así. No somos petulantes, pero no nos gusta que nos tomen el pelo. Sabemos negociar y siempre buscamos lo mejor para el conjunto. Somos un pueblo poco egoísta y sí solidario y generoso. Como ejemplo paradigmático, la Marató anual de TV3 cuyas recaudaciones no han sido ni de cerca igualadas por ninguna otra en toda España ni a nivel del Estado.
No somos perfectos, para nada, pero sí buscamos mejorar y aprender de nuestros errores. Barcelona es capital de la hospitalidad como escribió Cervantes, pero también de la Medicina y del Deporte entre otras disciplinas.
En el deporte, además de acunar a nuestro Barça, hemos sido cuna y escuela de grandes deportistas que de otras latitudes vinieron a nuestra tierra a forjarse y crecer. Desde Manolo Santana hasta Ángel Nieto. Barcelona ha sido cap i casal para mucha gente que llegó a nuestra ciudad y en ella prosperaron e hicieron a su vez prosperar a mucha gente. Catalunya debe mucho a los que vinieron a buscarse la vida y ellos también le deben a ella, pues juntos hemos hecho una tierra de todos y no de gente adusta y separatista como algunos pretenden tacharnos. Sí es cierto que, como dice el himno del Barça, "tant se val d'on venim, si del sud o del nord, ara estem d'acord, una bandera ens agermana". Pues es así. Muchos de los que llegaron de lejos por distintos motivos, sin olvidar sus orígenes, han echado raíces muy profundas y se sienten tan catalanes como españoles, pero sí son conscientes de que a veces, la tierra que les acogió no es bien tratada por el Estado que sí en cambio trata con mayor cuidado a otras por razones curiosamente diversas.
No queremos nada que no nos pertenezca. Hemos sido solidarios y si hay que seguir siéndolo, se hará, pero también queremos recibir el trato que merecemos por haber tirado del carro muchos años con contrapartidas muchísimo menores. Supongo que estas líneas causarán cierta controversia. Para nada es el objetivo. Tan solo decir que he hallado quizás, y espero no haberme equivocado, el foro adecuado para expresar un sentimiento. Los catalanes somos paradójicamente muy generosos aunque se nos tache de tacaños. Somos solidarios y generosos en lo importante y quizás rácanos en lo menor, pero lo fácil es fijarse en los defectos y hacer de ellos caricaturas.
Leo Messi llegó a Barcelona porque nadie quiso sufragarle la medicación que necesitaba y nosotros lo hicimos. Nadie sabía que iba a ser el mejor jugador del mundo, pero con 12 años decidimos apostar por él. Ésta es nuestra filosofía, nuestro estilo, nuestra forma de hacer: solidaridad, austeridad, emprendeduría, pasión, apego, generosidad, ganas de aprender, crear, compartir, enseñar y por qué no, disfrutar, ser felices y compartirlo con los demás.
Esto es Barcelona, ciudad que te hace vivir con alegría y orgullo. Cataluña, una forma de ser que cada día se renueva, se reinventa con todos aquellos que llegan y comparten con nosotros lo que saben y tienen y nosotros con ellos. Todos formamos parte de un país llamado España que queremos que nos quiera y que nos quiere aunque como siempre y en ello incluyo también a los nuestros, las minorías ruidosas ahogan a enormes mayorías silenciosas.
Nos sentimos ciudad abierta, como Roma. Multicultural como Londres y New York. Culta y enamorada del arte como París. Arquitectónica como Berlín. De las colinas al mar como San Francisco. Pedagógica como Boston. Romántica como Buenos Aires. Amante del clima como Ciudad del Cabo o de la playa y el mar como Río de Janeiro.
Es en esta tierra donde la casa típica llamada Masía ha hecho de centro de acogida y formación de los propios y ajenos, donde se ha dado cobijo y trabajo a muchos y desde donde han crecido generaciones de catalanes nacidos aquí, o de cualquier parte de España, Argentina, Camerún, Brasil o de donde fuere. Que más da de donde seas, que religión profeses, el color de tu piel. Solo hay un mandamiento importante, respetar los valores de una sociedad que ha trabajado con ahínco y esfuerzo muchos años para alcanzar el bienestar de los suyos y que lo defiende a ultranza pues es su mayor tesoro, valores y bienestar. Barça, Barcelona, Catalunya, España, Europa y el Mundo. Jamás debemos caminar solos.
Gabriel Masfurroll, Barcelona, Catalunya, España 10 de Junio 2011
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