BRONCA POLÍTICA Y FÚTBOL
Rechazo unánime a la propuesta de Esperanza Aguirre de suspender la final si se pita al himno
Los gobiernos central y vasco se desmarcan de la presidencia madrileña, que plantea aplazar el Athletic-Barça del viernes si son pitados el himno, el Príncipe o la bandera española
La final de la Copa del Rey tiene los minutos contados, pero se está convirtiendo en un tema más político que deportivo. La responsable de ello no es otra que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ayer prendió la mecha con unas declaraciones en una entrevista radiofónica en las que proponía suspender el partido "si se pita al himno, a la bandera o al Príncipe". Sin embargo, no obtuvo el respaldo de nadie. La veterana política se quedó sola. Tanto el Gobierno central como el vasco rechazaron las ideas de la dirigente popular. "Yo pido a todos que colaboren para serenar los ánimos y los espíritus", afirmó el ministro del Interior, que garantizó a las aficiones de los dos equipos que pueden ir a Madrid con total tranquilidad porque "no va a pasar nada", apuntó Alberto Fernández Díaz. Por su parte, la portavoz del Ejecutivo autonómico, Idoia Mendia, calificó de "lamentables" las palabras de Aguirre y la emplazó a ser más sensata con estos temas. No es la primera vez que la presidente madrileña abre la caja de Pandora. La dirigente del PP está muy habituada a lidiar con los medios y a dar grandes titulares. Lo de ayer es otro ejemplo: una jugada maestra que regateó al fútbol y se adentró en los pantanosos temas sobre nacionalismos e himnos. Con el recuerdo de la final de 2009 en la que aficionados del Athletic y del Barcelona protagonizaron una sonada pitada a la Marcha Real al comienzo del partido, la exministra de Educación con Aznar pidió tolerancia cero para el choque del viernes. Aguirre echó mano de la ley y de Nicolas Sarkozy -que ya amenazó en 2008 con suspender un partido si se silbaba a la Marsellesa- para pedir respeto a los símbolos del estado español. "Los ultrajes al himno, a la bandera o al Jefe de Estado son delito en el código penal y no se deben conseguir. Por lo tanto el partido se debe suspender y celebrarse luego a puerta cerrada en otro sitio", afirmó tajante la máxima responsable de la comunidad madrileña en una entrevista radiofónica con Onda Cero. Con esto, la polémica estaba servida... en un terreno ya abonado. Porque la final arrastra broncas anteriores: la primera por la negativa del Real Madrid a ceder el Bernabéu para disputar el partido, la segunda, por la convocatoria de una marcha de La Falange, y la tercera, hace unos días, porque los grupos favorables a crear las selecciones vasca, catalana y gallega iban a aprovechar el duelo para reivindicarse. Sin apoyo de Rajoy ni de López Sin embargo, Aguirre no ha obtenido respaldo ni de su propio partido. El Gobierno de Rajoy salió al paso del asunto descartó suspender al partido si había silbidos y pidió no mezclar "deporte con política". "Yo pido a todos que colaboren para serenar los ánimos y los espíritus", expresó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en los pasillos del Congreso. "Los aficionados pueden venir a Madrid con sus familias y con sus hijos, que no va a pasar nada", reiteró. La presidente de la Comunidad de Madrid recibía el primer gancho. Y no iba a ser el único. El Gobierno vasco también quiso responder a la dirigente popular. Su portavoz, Idoia Mendia, calificó de "lamentables" las palabras de la que fuera ministra de Educación y Deporte durante el Gobierno de Aznar. "Esas declaraciones no benefician a nadie y mucho menos la actividad deportiva", censuró, al itempo que destacó que los aficionados vascos que van a ir a Madrid lo van a hacer "con el ánimo de divertirse y de ver fútbol de calidad, no por otra cuestión". "Una presidenta de una comunidad lo que tiene que hacer es hablar desde la sensatez", señaló con firmeza. Su compañero de partido, José Antonio Pastor, fue más allá y acusó a Aguirre de intentar crear una polémica artificial para no hablar del déficit oculto de su gobierno, una idea compartida por los socialistas catalanes. Para él, las tesis de la presidenta son "una ofensa a la inteligencia". Y para el primer secretario del PSC, Pere Navarro, "una especie de broma". Voces críticas en el PP Al contrario que otras veces, el PP tampoco ha cerrado filas en torno a su compañera. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha sido una de las voces más claras. "Si a alguien no le gusta la pitada, a mí tampoco, como no me gustan los insultos de 'vascos, moríos' o los insultos que se ven en los fondos de campos de Madrid con banderas preconstitucionales", explicó. Añadió también que si todos opinaran como Aguirre, la final de la Europa League de Bucarest también tendría que haberse suspendido porque "sólo se veían banderas con el pollo, que no son constitucionales ni democráticas". Pese a todo, tampoco quiso cargar las tintas contra su colega porque, a su juicio, quien politiza el fútbol no es ella, "es quien ayer da una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados para decir que se pite el Príncipe, para decir esto de 'selección sí o selección no'". "Esa actitud que tuvieron esos diputados es franquista", denunció. Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fue algo más cauta y solo pidió no mezclar nacionalismo y deporte. Asimimos hizo un llamamiento "a la reflexión a todo el mundo". "El deporte es algo para disfrutar y no para hacer de él objeto de otro tipo de reivindicaciones", argumentó Los nacionalistas ¿Y qué opinan de todo esto los nacionalistas? El presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, acusó a la presidenta de Madrid de ser "una agitadora social" y de pecar de una "gran irresponsabilidad". Asimismo, censuró que se intente convertir un evento deportivo en "una disputa política interterritorial". Su compañero el diputado Aitor Esteban considera que Aguirre se ha metido "en camisa de once varas" con declaraciones que solo contribuyen a centrar la atención de todo el público en este tema y a que, si hay pitada, "todavía pueda ser mayor". Por su parte, el diputado de ERC Alfredo Bosch preguntó al ministro del Interior si iba a actuar contra la presidenta, a quien tachó de "hooligan" y de "ultrasur number 1", por sus comentarios sobre la final de la Copa del Rey. "Es posible que Madrid se esté quemando en unos días porque una compañera suya de partido se comporta como una hooligan", alertó. Asimismo, el portavoz de Amaiur en el Congreso, Xabier Mikel Errekondo, animó a los aficionados a que el viernes reivindiquen "con sus senyeras e ikurriñas" el reconocimiento internacional de sus selecciones, y no ve que eso tenga que generar ningún problema. "¡El fútbol es fútbol!" En el plano deportivo nadie ha querido implicarse demasiado en el tema. El Athletic, a requerimiento de elcorreo.com, no ha hecho declaraciones sobre el asunto. En el Barcelona solo el presidente Sandro Rosell y el defensa Gerard Piqué han querido mostrar su opinión. El primero espera que sus aficionados puedan expresarse con libertad. "Tenemos una final importantísima por jugar, y me gustaría todos los barcelonistas y aficionados que vayan puedan expresar libremente sus sentimientos, sólo faltaría", enfatizó. Por su parte, Piqué ha pedido a Aguirre que "se ocupe de sus cosas". "!El fútbol es fútbol! ¡Ya está, no hay más!", exclamó el catalán al ser preguntado sobre la cuestión en la rueda de prensa tras la sesión de entrenamiento en la ciudad deportiva. "Al final queremos hablar mucho y sacar cosas de contexto. Es fútbol, vamos a salir, del minuto uno hasta el noventa, a intentar ganar. A lo mejor ganaremos o perderemos, pero todo esto que envuelve la final, que todo el mundo quiere opinar, que gente que no se tiene que meter y se mete... forma parte del fútbol, estamos acostumbrados", añadió el defensa, molesto por la pregunta sobre el tema. Según Piqué, "la gente que se dedica a ciertas cosas debería preocuparse por esas cosas. Luego si quiere, que dé la opinión, pero ya está, nada más".
http://www.canalathletic.com/final-copa-del-rey/2012/noticias/rechazo-unanime-propuesta-esperanza-201205222121.html
La final de la Copa del Rey tiene los minutos contados, pero se está convirtiendo en un tema más político que deportivo. La responsable de ello no es otra que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que ayer prendió la mecha con unas declaraciones en una entrevista radiofónica en las que proponía suspender el partido "si se pita al himno, a la bandera o al Príncipe". Sin embargo, no obtuvo el respaldo de nadie. La veterana política se quedó sola. Tanto el Gobierno central como el vasco rechazaron las ideas de la dirigente popular.
"Yo pido a todos que colaboren para serenar los ánimos y los espíritus", afirmó el ministro del Interior, que garantizó a las aficiones de los dos equipos que pueden ir a Madrid con total tranquilidad porque "no va a pasar nada", apuntó Alberto Fernández Díaz. Por su parte, la portavoz del Ejecutivo autonómico, Idoia Mendia, calificó de "lamentables" las palabras de Aguirre y la emplazó a ser más sensata con estos temas.
No es la primera vez que la presidente madrileña abre la caja de Pandora. La dirigente del PP está muy habituada a lidiar con los medios y a dar grandes titulares. Lo de ayer es otro ejemplo: una jugada maestra que regateó al fútbol y se adentró en los pantanosos temas sobre nacionalismos e himnos. Con el recuerdo de la final de 2009 en la que aficionados del Athletic y del Barcelona protagonizaron una sonada pitada a la Marcha Real al comienzo del partido, la exministra de Educación con Aznar pidió tolerancia cero para el choque del viernes.
Aguirre echó mano de la ley y de Nicolas Sarkozy -que ya amenazó en 2008 con suspender un partido si se silbaba a la Marsellesa- para pedir respeto a los símbolos del estado español. "Los ultrajes al himno, a la bandera o al Jefe de Estado son delito en el código penal y no se deben conseguir. Por lo tanto el partido se debe suspender y celebrarse luego a puerta cerrada en otro sitio", afirmó tajante la máxima responsable de la comunidad madrileña en una entrevista radiofónica con Onda Cero.
Con esto, la polémica estaba servida... en un terreno ya abonado. Porque la final arrastra broncas anteriores: la primera por la negativa del Real Madrid a ceder el Bernabéu para disputar el partido, la segunda, por la convocatoria de una marcha de La Falange, y la tercera, hace unos días, porque los grupos favorables a crear las selecciones vasca, catalana y gallega iban a aprovechar el duelo para reivindicarse.
Sin apoyo de Rajoy ni de López
Sin embargo, Aguirre no ha obtenido respaldo ni de su propio partido. El Gobierno de Rajoy salió al paso del asunto descartó suspender al partido si había silbidos y pidió no mezclar "deporte con política". "Yo pido a todos que colaboren para serenar los ánimos y los espíritus", expresó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en los pasillos del Congreso. "Los aficionados pueden venir a Madrid con sus familias y con sus hijos, que no va a pasar nada", reiteró. La presidente de la Comunidad de Madrid recibía el primer gancho. Y no iba a ser el único.
El Gobierno vasco también quiso responder a la dirigente popular. Su portavoz, Idoia Mendia, calificó de "lamentables" las palabras de la que fuera ministra de Educación y Deporte durante el Gobierno de Aznar. "Esas declaraciones no benefician a nadie y mucho menos la actividad deportiva", censuró, al itempo que destacó que los aficionados vascos que van a ir a Madrid lo van a hacer "con el ánimo de divertirse y de ver fútbol de calidad, no por otra cuestión". "Una presidenta de una comunidad lo que tiene que hacer es hablar desde la sensatez", señaló con firmeza.
Su compañero de partido, José Antonio Pastor, fue más allá y acusó a Aguirre de intentar crear una polémica artificial para no hablar del déficit oculto de su gobierno, una idea compartida por los socialistas catalanes. Para él, las tesis de la presidenta son "una ofensa a la inteligencia". Y para el primer secretario del PSC, Pere Navarro, "una especie de broma".
Voces críticas en el PP
Al contrario que otras veces, el PP tampoco ha cerrado filas en torno a su compañera. El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha sido una de las voces más claras. "Si a alguien no le gusta la pitada, a mí tampoco, como no me gustan los insultos de 'vascos, moríos' o los insultos que se ven en los fondos de campos de Madrid con banderas preconstitucionales", explicó. Añadió también que si todos opinaran como Aguirre, la final de la Europa League de Bucarest también tendría que haberse suspendido porque "sólo se veían banderas con el pollo, que no son constitucionales ni democráticas".
Pese a todo, tampoco quiso cargar las tintas contra su colega porque, a su juicio, quien politiza el fútbol no es ella, "es quien ayer da una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados para decir que se pite el Príncipe, para decir esto de 'selección sí o selección no'". "Esa actitud que tuvieron esos diputados es franquista", denunció.
Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fue algo más cauta y solo pidió no mezclar nacionalismo y deporte. Asimimos hizo un llamamiento "a la reflexión a todo el mundo". "El deporte es algo para disfrutar y no para hacer de él objeto de otro tipo de reivindicaciones", argumentó
Los nacionalistas
¿Y qué opinan de todo esto los nacionalistas? El presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, acusó a la presidenta de Madrid de ser "una agitadora social" y de pecar de una "gran irresponsabilidad". Asimismo, censuró que se intente convertir un evento deportivo en "una disputa política interterritorial". Su compañero el diputado Aitor Esteban considera que Aguirre se ha metido "en camisa de once varas" con declaraciones que solo contribuyen a centrar la atención de todo el público en este tema y a que, si hay pitada, "todavía pueda ser mayor".
Por su parte, el diputado de ERC Alfredo Bosch preguntó al ministro del Interior si iba a actuar contra la presidenta, a quien tachó de "hooligan" y de "ultrasur number 1", por sus comentarios sobre la final de la Copa del Rey. "Es posible que Madrid se esté quemando en unos días porque una compañera suya de partido se comporta como una hooligan", alertó. Asimismo, el portavoz de Amaiur en el Congreso, Xabier Mikel Errekondo, animó a los aficionados a que el viernes reivindiquen "con sus senyeras e ikurriñas" el reconocimiento internacional de sus selecciones, y no ve que eso tenga que generar ningún problema.
"¡El fútbol es fútbol!"
En el plano deportivo nadie ha querido implicarse demasiado en el tema. El Athletic, a requerimiento de elcorreo.com, no ha hecho declaraciones sobre el asunto. En el Barcelona solo el presidente Sandro Rosell y el defensa Gerard Piqué han querido mostrar su opinión. El primero espera que sus aficionados puedan expresarse con libertad. "Tenemos una final importantísima por jugar, y me gustaría todos los barcelonistas y aficionados que vayan puedan expresar libremente sus sentimientos, sólo faltaría", enfatizó.
Por su parte, Piqué ha pedido a Aguirre que "se ocupe de sus cosas". "!El fútbol es fútbol! ¡Ya está, no hay más!", exclamó el catalán al ser preguntado sobre la cuestión en la rueda de prensa tras la sesión de entrenamiento en la ciudad deportiva. "Al final queremos hablar mucho y sacar cosas de contexto. Es fútbol, vamos a salir, del minuto uno hasta el noventa, a intentar ganar. A lo mejor ganaremos o perderemos, pero todo esto que envuelve la final, que todo el mundo quiere opinar, que gente que no se tiene que meter y se mete... forma parte del fútbol, estamos acostumbrados", añadió el defensa, molesto por la pregunta sobre el tema. Según Piqué, "la gente que se dedica a ciertas cosas debería preocuparse por esas cosas. Luego si quiere, que dé la opinión, pero ya está, nada más".
http://www.canalathletic.com/final-copa-del-rey/2012/noticias/rechazo-unanime-propuesta-esperanza-201205222121.html
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