Vicente del Bosque, la tranquilidad del alquimista
RFEF - Alberto Albarrán Rojas - 29-05-2012Parecía que España había tocado la gloria con el fútbol de salón que levantó la Eurocopa de 2008, pero todos eran conscientes que no se podía alcanzar el Olimpo sin una estrella dorada. Para conseguirla sólo existía una receta: No tocar nada. Vicente hizo creer que cocinaba lo mismo cuando en realidad lo elevaba a la categoría de sublime.
Vicente del Bosque (Salamanca, 23 de diciembre de 1950) llegó a un equipo Campeón de Europa que parecía casi inmejorable, giró la tuerca sin que se notara y lo convirtió en Campeón del Mundo. Un título que empezó a ganar desde su tranquilidad y saber estar que le caracteriza, consiguió una comunión absoluta entre prensa y equipo, logrando que la Selección parezca una balsa de aceite. Los movimientos durante estos casi cuatro años parecen imperceptibles, pero el preparador salmantino ya ha hecho debutar con "La Roja" a veintisiete jugadores.
Vicente del Bosque desembarcó en la Federación con una idea clara: hacer de lo bueno lo mejor. Aunque se pueda llegar a pensar que si algo funciona es mejor no tocarlo, Vicente tenía claro que había que trabajar sin descanso para darle nuevas variables a lo que todos consideraban la excelencia futbolística, porque siempre se escapa algo, los rivales te estudian y tú debes ser capaz de reinventarte.
Para lograr un cambio sutil, el seleccionador lo tenía claro: bucear donde mejor sabe hacer, en la cantera. Ha pasado gran parte de su vida futbolística observando la evolución de chavales jóvenes a los que ha ido esculpiendo poco a poco. En la actualidad cuenta con un equipo de trabajo que funciona como una sola unidad, por esa razón mirar a cada uno de los equipos de las categorías inferiores es mirar a "La Roja". Esta ventaja le ha dado la ocasión para ir ofreciendo la alternativa a diferentes futbolistas provenientes de la nutrida cantera española sin que apenas se notara la diferencia del salto.
Con esta receta se ha logrado bordar una estrella dorada en el pecho de cada español, ahora Vicente del Bosque quiere lograr lo que hasta la fecho no ha podido conseguir ningún equipo: Eurocopa-Mundial-Eurocopa. Mimbres hay y el técnico busca nuevos caminos con los que enriquecer la luz de los campeones porque es necesario "renovar o morir", pero siempre con la elegancia de parecer invisible: para Vicente los protagonistas se visten de corto.
El fútbol no se entiende sin Vicente, ni Vicente sin el fútbol. Comenzó llevando la batuta a orillas del río Tormes, pero poco tardaría en hacerlo por el Paseo de la Castellana, porque Madrid fue su casa. Aunque nunca ha querido olvidar sus orígenes, a los que regresó para anotar su único gol con la casaca nacional. Un Helmántico que jaleaba a su paisano como 32 años después lo ha hecho ya con un Mundial bajo el brazo.
Como jugador siempre estará presente en las mentes de los amantes de este deporte, pero como entrenador no quedará rincón que no haya oído hablar de sus incontables éxitos. Siempre cerca de su escudero, Toni Grande, al que es de justicia nombrar puesto que Don Vicente no lo dejaría olvidar.
Del Bosque se ha convertido en el maestro de alquimia, haciendo ver a la gente que la Selección que ganó el Mundial y la Eurocopa no deben diferenciarse, pese a que él fue introduciendo de soslayo mimbres tan importantes y destacados como Piqué, Busquets, Llorente, Mata, Jesús Navas o Javi Martínez. Ahora ha querido seguir con esa dinámica y para renovar el cetro europeo contará con Juanfran, Negredo y Jordi Alba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario