miércoles, 23 de mayo de 2012

Perspectiva historica:Villar y Del Bosque mas patriotas deportivo que Esperanza Aguirre al recordar final de la Copa de 1973 sin extranjeros


Quien tuvo, retuvo; y Del Bosque y Villar demostraron durante el reportaje en la ciudad deportiva de Las Rozas las habilidades con el balón que aún atesoran.

Quien tuvo, retuvo; y Del Bosque y Villar demostraron durante el reportaje en la ciudad deportiva de Las Rozas las habilidades con el balón que aún atesoran.


AQUEL hijo de un ferroviario salmantino recibió el pasado año el título nobiliario de primer marqués de Del Bosque y fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-León, entre otras muchas distinciones, consecuencia directa de haber dirigido a la selección española que ganó el Mundial de fútbol de Sudáfrica en 2010.

Ángel María Villar lleva desde 1988 ejerciendo la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y pasa por ser uno de los hombres más poderosos del balompié mundial en su condición de vicepresidente de la FIFA y de la UEFA.

Ambos prebostes nacieron en 1950, aunque Del Bosque deja claro que él es de diciembre y Villar de enero, en un acto reflejo de auténtico coqueteo sobre la edad con la intención de puntualizar sobre quién es más joven a lo largo de una conversación chispeante, en tono y forma relajada, cómplice, desenfadada y muy sincera que mantuvieron con DEIA para el suplemento especial de Copa que se publicará mañana, algo inusual en estos personajes, sobre todo en lo que respecta a Villar, muy receloso a conceder entrevistas. Y todo a raíz de un partido concreto que les enfrentó el 29 de junio de 1973: la final de Copa que disputaron el Athletic y el Castellón en el estadio Vicente Calderón, el mismo que acogerá el duelo entre el equipo bilbaino y el Barça.

Entonces eran jóvenes, 22 y 23 años, y apenas balbuceaban sus brillante carreras futbolísticas.

Villar debutó en el Athletic, el único club profesional que ha conocido, en 1971. Colgó las botas diez temporadas después. Tuvo la oportunidad de disputar tres finales, aquella frente al Castellón, que ganó, y las de 1977, ambas perdidas, ante el Betis, también en la Copa, y la de la Copa de la UEFA frente a la Juve.

Del Bosque estaba cedido en el Castellón por el Real Madrid, club al que regresó en la temporada siguiente. Se retiró en 1984 tras ganar con el equipo blanco cuatro títulos de Copa y cinco de Liga, además de disputar una final de la Copa de Europa, que aquel Real Madrid de los Garcíaperdió en 1981 frente al Liverpool (1-0).

Ambos fueron internacionales.

La final de Copa 1973 no tuvo color. Mejor dicho, tuvo color rojiblanco. El Athletic ganó 2-0, con goles de Arieta II y Zubiaga, sin apenas oposición de su rival, a cuyos jugadores les vino grande la efemérides.

Sin embargo aquel partido ofrece una perspectiva histórica, porque marca un antes y un después. Lo desvela Del Bosque y lo enfatiza Villar en la conversación.

Antes, la final de Copa la jugaba el Athletic y otro. Después sólo pudo disputar cuatro, cinco con la del viernes, en casi cuarenta años.

Antes, el Athletic llegó a protagonizar 32 de las 69 finales disputadas, conquistando 23 títulos. Después, sólo se pudo clasificar para cuatro de las 39 finales y únicamente sumó el título de 1984, frente al Barça y con el solitario gol de Endika.

Una de las razones principales que explican la sequía posterior de títulos del Athletic, que ya solo pudo entonar el alirón en el bienio glorioso vivido con Javier Clemente como entrenador (las Ligas de 1982-83 y 1983-84, más la Copa de esa temporada), fue la reapertura de las fronteras a los futbolistas extranjeros, precisamente a partir del curso 1973-74.

SE REABREN LAS FRONTERAS Hasta entonces sólo se permitía la contratación de oriundos, aunque muchos de ellos falsos ("mi abuelo ha nacido en Celta de Vigo"). Pero el 26 de mayo de 1973 el Gobierno español autorizó el fichaje de dos extranjeros por club. El Barça trajo al holandés Johan Cruyff (a quien Villar dejó casi KO con aquel famoso puñetazo) y al peruano Hugo Cholo Sotil. El Atlético de Madrid fichó a los argentinos Heredia y Ayala, pero también a los oriundos Ovejero, Panadero Díaz, Benegas, Becerra o Ufarte, y fue rebautizado como el Atlético Buenos Aires. El Real Madrid optó por otro argentino, Oscar Pinino Mas, y el alemán Günter Netcher.

Del Bosque, sin embargo, recuerda que durante algunos años en la Copa únicamente se podían alinear futbolistas estatales, porque "era la gran fiesta del fútbol español".

Si el fichaje de extranjeros puso en desventaja al Athletic, la abolición en 1979 del denominado derecho de retención, norma mediante la cual los contratos de los futbolistas españoles con sus respectivos clubes podían ser prorrogados indefinidamente con el simple incremento anual del 10% de su ficha, cubrió de sombras y malos presagios al club de cantera por antonomasia.

¿De qué sirve formar jugadores desde la infancia si luego se los puede llevar otros clubes en cuanto acaben su contrato?

La gran pregunta encontró su gran respuesta cuando el Athletic ganó las ligas al comienzo de los ochenta, por mucho que el Barça tuviera en sus filas a Diego Armando Maradona y Bernd Schuster.

Curiosamente fue Villar, abogado y uno de los fundadores de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en 1978, sindicato del que llegó a ser vicepresidente, quien más peleó para acabar con esas cadenas.

LA LEY BOSMAN Pero por si fueran pocas las desventajas que conlleva mantener viva una filosofía única en el mundo, en 1996 entró en vigor la denominada Ley Bosman, que permitió la libre circulación de futbolistas por la Unión Europea sin cortapisa alguna.

Los clubes se llenaron de futbolistas foráneos, en muchos casos de dudosa calidad, lo cual no hizo más que magnificar la importancia que tiene la singularidad del club rojiblanco, circunstancia que, según Villar, le recuerdan "en mis viajes por todo el mundo", destaca con indisimulado orgullo.

Tanto Villar como Del Bosque, partiendo de aquella final y todos los acontecimientos que vinieron después y que barruntaron el fin de la idiosincrasia del Athletic, ensalzan el reconocimiento que merece el Athletic ahora por haber podido llegar a dos nuevas finales con una nueva camada de jóvenes leones, domada por Marcelo Bielsa, de quien Del Bosque solo tiene palabras de elogio. Un elenco de futbolistas que el seleccionador estatal tiene en su lista.

De la final del 73 Del Bosque recuerda que jugaron acomplejados, tanto que "acabamos perdiendo sin dar una patada". La memoria de Villar es intensa. Desde que fueron a misa en El Escorial la víspera al recibimiento popular en Bilbao. Ante la final del viernes ambos recobran el tono de lo políticamente correcto que tenían totalmente abandonado para no mojarse. "Tengo que ser imparcial", dice Villar. "¡Y yo también, coño!, a ver si éste (por Villar) me va a dejar aquí solo", añade Del Bosque


No hay comentarios:

Publicar un comentario