miércoles, 1 de febrero de 2012

Leadership note de Emilio Sánchez-Vicario: ¡Qué grande es nuestro deporte, EL TENIS!

¡Qué grande es nuestro deporte, EL TENIS!
31012012

Djokovic y Nadal han conseguido emocionarnos, levantarnos de nuestros asientos, han hecho arder twitter, y las audiencias se han disparado en varios momentos del partido. Qué pena que sólo se pudiera ver en Eurosport o en el Plus, porque era uno de esos partidos para hacer afición.
 
Todo el mundo del tenis, su industria, los tenistas, los que vivimos de esto y los aficionados, podemos estar felices y contentos de que estos dos gigantes hayan conseguido llevar el tenis al pedestal de los deportes de batalla, jugados por guerreros, que se definen por las cabezas privilegiadas y por el control de las emociones en los momentos clave. Como colofón, el mensaje de de deportividad de ambos y sus valores; es digno de los mejores gurús de la motivación y ejemplo de cómo afrontar la adversidad.
 
En el 2010, Djokovic hizo una apuesta. Sabía que técnicamente dominaba a Rafa en los partidos, pero siempre terminaba perdiendo. Entonces, mejoró el físico cambiando su dieta, y la cabeza afrontando sus barreras, creciendo y poniéndose un objetivo claro. Asimismo, empezó a controlar las emociones en los momentos clave. Finalmente, en el 2011 lo conjuntó todo y logró su objetivo, superando a Nadal en todas esas facetas y destronándole así de su primer puesto en el ranking. Al acabar el US Open, tras ser derrotado  y delante de la prensa, Nadal hizo una valoración de su juego y pudimos ver que había decidido cambiar las cosas para ser más competitivo y recuperar su número 1. Trabajó muy duro, y el conseguir la Davis al acabar el 2011 le dio alas. Había trabajado varios meses en mejorar su saque, cambió el peso de la raqueta para ser más agresivo, y sobre todo cambió su posición en la pista al jugar los partidos, metiéndose mucho más adentro. La recompensa llegó pronto, pues en primer Grand Slam ha sido otro jugador. Qué grandeza la de estos campeones, que no se contentan con lo conseguido y quieren seguir siendo competitivos, y se readaptan para seguir mejorando. Quieren más y siguen trabajando durísimo para ser los mejores. Si no tuviesen esa intención, con el altísimo nivel que hay allá arriba, empezarían a bajar. Tiene mucho mérito estar tan arriba y no dormirse en los laureles. 
 
Vamos al partido. Nadal empieza sacando a un nivel altísimo y gana el primer set. Domina a Djoko hasta mitad del segundo, y entonces el serbio empieza a maniobrar. Hay un punto clave en el 5-4 del segundo set que les obliga a repetir y Djoko al final consigue el break, y se impone en ese set. Entonces Djoko saca todo su repertorio de restos profundos y ataques tanto paralelos como cruzados, y se lleva el tercer set y parte del cuarto, consiguiendo una  ventaja clara hasta el 4-3 arriba, donde parecía que sólo estaba él en la pista. Cero-cuarenta sacando Nadal, y ahí el español vuelve a amarrarse a la pista, saca su orgullo y en ese tramo de set ambos parece que rompan la pelota de lo fuerte y profundo que le dan. Entonces Djokovic empieza a flaquear y Nadal se impone en un tie-break de infarto, a base de pundonor, lucha, juego y determinación. En el quinto, vemos a un Djoko roto de cabeza y de físico ante un Nadal infranqueable que coge una ventaja de 4-2 y treinta-quince, y a Nadal se le va un passing fácil paralelo, su mejor golpe en defensa. Otra vez más un punto clave le traiciona, Djoko se recupera y la batalla tiene el desenlace final con victoria del serbio. Ambos pudieron haber obtenido la victoria antes, los dos la tuvieron en la mano, primero Djoko y luego Nadal, pero cuando no se remata el partido se llega a este tipo de final. A partir del 4-4 en el quinto, gana el que dispone de más herramientas y más confianza, y Djoko le había ganado en las seis últimas finales y volvió a hacerlo. Siempre digo a mis alumnos que "A ganar hay que aprender"; en el caso de Nadal siempre ha sabido hacerlo, menos cuando juega con Djoko que le hace dudar. Por tanto, Nadal debe reaprender a ganar cuando juega contra él.
 
Vaya espectáculo de partido, Djokovic lo ha vuelto a conseguir, pero en esta ocasión Nadal ha demostrado que puede volver a ganarle como en Beijing, sólo le han faltado un par de bolas. La realidad es que debemos felicitar a los dos, a Djoko por ganarle de esta manera épica, a la que los medios ya han catalogado como la mejor final de la historia, por tiempo y por juego, y a Nadal por ser como es, por haber conseguido una vez más tener a toda España pegada al televisor, por la lección que ha dado de cómo recuperar un partido. Por mí se ha afianzado como el deportista más admirado del mundo por la lección de señorío al perder, y demostrarnos que los valores del deporte están por delante del ganar o perder. En su discurso tras la final, además de felicitar al rival, estuvo impecable acordándose de todos. Grande Rafa, el mejor ejemplo.
 
Otro de los grandes logros de Rafa es que es el jugador que más partidos épicos ha disputado y  también podría ser jugador de las grandes rivalidades. Consiguió destronar a Federer y marcar una época de partidos increíbles, comparable sólo a los mejores Borg-McEnroe o los Sampras- Agassi. Cuando nadie pensaba que eso se podía superar, vienen estos partidos contra Djokovic que, si mantienen el nivel, llevan camino de convertirse en la batalla más trepidante que escribió el tenis, sobre todo si al final Nadal consigue volver a destronarle y se reparten los triunfos.
 
Este partido podría pesar mucho a Rafa si se queda sólo con la oportunidad perdida, con la derrota tras el esfuerzo realizado y tras tenerlo tan cerca. Pero con su mentalidad y su mejoría tenística, estoy seguro que seguirá trabajando duro para en los próximos Slams dar ese pasito que le faltó, y esta final no le quedará como algo malo sino como el convencimiento de que puede conseguirlo. El futuro es esperanzador.
http://emiliosanchezvicario.wordpress.com/2012/01/31/que-grande-es-nuestro-deporte-el-tenis/

No hay comentarios:

Publicar un comentario